domingo, 29 de diciembre de 2024

Entrevista 4_ Redaccion Nocturna

 

La alameda central de la ciudad de México, es una de las zonas más emblemáticas y punto de encuentro de miles de turistas que desde este punto pueden ser testigos de las estructuras arquitectónicas y emblemáticas que han marcado la historia de México. A un costado, bajo los tenues rayos del sol se encuentra el palacio de bellas artes, que con su cúpula dorada es imposible no verla. La torre latinoamericana que como un gigante quijotesco se yergue contemplando la podredumbre de la población y la gran plaza de la constitución “el zócalo” que no pude ocultar bajo el manto de la modernidad sus raíces prehispánicas. En este cuadro también se dan cita, los miles de almas de mexicanos que andan de paseos recurriendo su ciudad, o simplemente están de paso. Gente pasa corriendo abrumada por su cotidianidad. Algunos disfrutan el paisaje en familia u otros solo caminan con el objetivo de llegar pronto a su destino. Pero también aquí existen otros tipos de mexicanos, la gente que no tiene identidad jurídica… Ni familia… Ni casa. Son la gente de la calle, los olvidados de la sociedad,

A las orillas de una fuente de la alameda se encuentra dos chicos de la calle, su rostro refleja la forma de vida que les ha tocado vivir. Sus caras son rudas y con un cierto brillo de malicia. Noto que la gente los esquiva, se hacen a un lado, hay quien les lanza una mirada de desprecio, pero ellos los ignoran continuando con su actividad que consiste en buscar comida en los botes de basura que se encuentra esparcidos por el parque.

Me acerco y les pregunto al más grande, que está sin camisa y se le notan las costillas, su piel está quemada por el sol y luce cicatrices en toda la espalda.  

.- Hola, ¿qué tal mi hermano, como te llamas.

Me voltea a ver, y sin titubear me dice que se llama Alejandro. Me habla como si ya nos hubiéramos conocido con anterioridad. Su trato es abierto y no puede ocultar una sonrisa, como si le alegrara que alguien le pregunte su nombre. Su compañero se llama Erick Brandon, él es mucho más joven y luce unos tenis Nick impecables que contrastan con su ropa sucia y maltrecha.

Con mi grabadora en mano, les pregunto acerca de la “discriminada” a la cual se ven expuestos en su día a día.

.-Ustedes como chavos de la calle, qué tipo de discriminación han sufrido.

.-Más que nada… bueno, el detalle es que no hay ningún inconveniente porque ya cuando aprendes a vivir de una manera ya no ves la “importancia” de la discriminación, en realidad todos somos iguales…¿  o no?, porque que unos son güeros, unos son morenos y unos son altos no significa que sean diferentes… que sean de otro planeta, pues aquí vivimos.

.- Yo siento que ya estamos acostumbrados a ver a las personas y así las tratamos  “intercede Erick  robusteciendo la idea de su compañero”  por eso dice una frase. Antes de juzgar fíjate lo que estás haciendo.

.- Eso es muy importante lo que dices, la gente siempre se va con la primera estética que das.

Los tres estamos de acuerdo en la idea de como te ven te tratan.  Erick comenta que ellos no quisieran vivir asi, pero de una u otra manera entran en el “aro”, mientras señala su vestimenta y la de su compañero, lo dos están sin camisa.

.- Hay personas que luego se sienten incómodas porque tú eres de una forma, pero es que nadie te puede hacer cambiar … Esto es mi defecto.

.- Lo que yo estoy notando es que tienen muchas cicatrices. Ambos tienen un montón, a que se deben esas cicatrices.

Ambos tienen cicatrices, particularmente Alejandro que tiene una cicatrización queloide, luce una prominente marca en el rostro, en las muñecas, en el pecho, y toda la espalda llena de escarificaciones.

.- Son experiencias que pasan en la vida luego hay personas que cuando te ven con una cicatriz así se espantan

Alejandro me enseña una cicatriz debajo de la rodilla, es una herida grande. La sangre se le ha secado y la cubre con un pedazo de trapo sucio; la herida es profunda pues se puede apreciar la poca grasa y el tejido vivo de su piel.  Me comenta que se cayó hace nueve meses.

.- Esa herida se te está infectando, deberías de ver a un doctor.- le comento y él me intercede comentando que los doctores son déspotas ya que como no tienes como pagar el servicio dicen; ¡haa es wey es de la calle!... Nomas hazle así y así, y no te atienden como debe de ser porque no tienes papeles, esa es una de las discriminaciones que tú me estás preguntando,  me acaba diciendo.  

.- ¿Cuánto tiempo tiene ustedes viviendo en la calle?.

.- Yo toda la vida. “Esta vez es Erick el que habla” desde que nací, yo nací de hecho en la calle, mi mamá en una ocasión tuvo unos pequeños problemas familiares y se le rompió la fuente en la noche y nací ahí en la Morelos. Había unos carros ahí abandonados y pues… Me contó, antes de que falleciera que se le rompió la fuente y no pasaba ningún taxi, y se metió ahí entre los carros y mi jefa no sabía ni que hacer.

Erick me cuenta su historia de vida. Él nació entre los carros y no puede evitar una sonrisa mientras me comenta que está agradecido con su jefa, por haberle dado la vida y no dejarlo ahí botado. Él cuenta con 25 años y la vida le ha enseñado a ser agradecido, pese a sus carencias y vicisitudes se nota satisfecho, disfruta los baños de sol y es totalmente ajeno a la indiferencia del hombre citadino que siempre se muestra hosco y hostil ante su presencia de chavo de la calle. 

 


 

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