"¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?
¿No estás bajo mi sombra y resguardo?
¿No soy yo la fuente de tu alegría?
¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos?
¿Qué más necesitas?
El Episcopado mexicano (CEM) llama a una tregua… A un cese de violencia que escala cada vez más las entrañas de la población mexicana. También; este llamado es la muestra de un Estado de derecho fallido y agónico que no ha podido encapsular esta violencia que han generado diferentes carteles y ha impactado la seguridad de la población mexicana.
A través de un comunicado él (CEM) exalto la propuesta que hizo desde su medio de información “Desde la Fe” la Arquidiócesis primada de mexico a un cese a la violencia en estas fechas de advenimiento.
“En un país donde la violencia ha dejado dolorosas cicatrices en las familias y polarización entre los actores sociales, esta propuesta invita a reflexionar y actuar a favor de la reconciliación, el respeto y la dignidad humana”
¿Será que la iglesia mexicana logre parar un poco la violencia que azota el país? ¿Será acaso que el pensamiento mágico religioso logre hacer lo que el Estado de derecho no ha podido?
La idea no es mala, la intención, desde cualquier perspectiva es buena, pero también pone en tela de juicio el papel que ejerce el estado y su rotundo fracaso al brindar seguridad en sus estados, ya que desde que el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y su campaña contra el narcotráfico en el “Operativo Conjunto Michoacán” la violencia ha escalado a dimensiones burdas.
El Operativo de Calderón tuvo consecuencias inesperadas. Aunque su gobierno logró capturar a varios líderes importantes como Arturo Beltrán Leyva en 2009 e Ignacio "Nacho" coronel en 2010, la violencia se disparó en gran parte del país. Los cárteles, al perder a sus líderes, se fragmentaron en grupos más pequeños y violentos que comenzaron a pelear por el control de los territorios.
Además, la militarización intensificó los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los cárteles, así como las disputas entre los cárteles rivales. Esto resultó en un incremento significativo en las cifras de homicidios, desapariciones y violencia. Según varias estimaciones, más de 60,000 personas murieron durante el sexenio de Calderón debido a la violencia relacionada con el narcotráfico. La iglesia, por su parte, fungió como un actor testigo, como el resto de la población, viendo caer a sus sacerdotes a consecuencia del daño colateral.
Por otra parte, el director del Centro Católico Multimedial (CCM). Omar Sotelo Aguilar hizo el señalamiento que desde 1994 a la fecha han sido asesinados más de 80 sacerdotes. Tan solo en el gobierno de AMLO (2018-2024) fueron asesinados 10 sacerdotes y otros tantos fueron violentados.
Ante estos hechos, la Arquidiócesis primada de México exhorta a los grupos criminales pactar una tregua “Pedimos la intercesión de la Virgen de Guadalupe y del Niño Jesús” para un cese a la violencia que se ha generado en el país. Y es que, tal vez en algunos estados, los cuetes que se lanzan en algunas capillas para anunciar las celebraciones de advenimiento muchas veces se confunden con ráfagas de balas de algún fuego cruzado entre carteles de diferentes bandos.
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